Los mayas, al igual que otras culturas mesoamericanas,
tuvieron un profundo interés por la muerte, lo cual se refleja en su arte que
está plagado de símbolos mortuorios, los cuales encontramos en, esculturas,
motivos ornamentales de edificios, adornos personales, etcétera. Todo este
conjunto de símbolos hace referencia a la muerte y al inframundo: esqueletos,
cráneos, huesos humanos, manchas circulares en la piel, ojos de muerto, agua o
elementos acuáticos, nenúfar, jaguar, signos de la noche y la oscuridad,
figuras con los ojos cerrados y boca entreabierta, búhos y murciélagos, .
Otra prueba de lo relevante de la muerte entre los mayas es
la importancia que le concedían al dios de la muerte, el cual es uno de los más
representados en los códices y en muchos edificios.
Este dios recibía diferentes nombres: Ah puch; Hunhau,
Cunhau y en tiempos recientes Kisin y Yum Cimil (el señor muerte).Al igual que
los aztecas tambien celebraraban la muerte pero con varias diferencias y con un
dios diferente respecto a la
muerte.Cuando moría un personaje importante, gran sacerdote o jefe civil,
además de numerosas ofrendas de objetos que dejaban con él a varios individuos
para que lo atendieran en el otro mundo. Era lógico pensar que si el Señor
había necesitado sirvientes durante su vida, los seguiría necesitando después,
y para ello se sacrificaban generalmente algunos jóvenes y niños. El mismo
razonamiento valía en cuanto a la necesidad de que contara con la compañía de
alguna o algunas mujeres.
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